domingo, 27 de febrero de 2011

Un destino, 2 presupuestos

Me conecto a internet y sin perder ni un segundo busco un destino a buen precio para pasar unos días. La verdad es que la experiencia ha hecho que me convierta en una rastreadora profesional. Ahí estaba, vuelo a Marrakech por muy poco dinero.  La Ciudad Roja me espera, pero ¿elijo el destino sólo porque es barato?, la respuesta es un no rotundo. Ya lo conozco, pero sus jardines, zocos y olores son irresistibles.


Ahora entiendo porque el diseñador Yves Saint Laurent la eligió para refugiarse e inspirar sus creaciones. Los intensos colores te atrapan,  el exotísmo está por todas partes  y la amabilidad de los ciudadanos hace que no quieras marcharte jamás.

Sucumbir  a su encanto es muy sencillo, pasear por sus calles es toda una aventura que termina en el momento que decides descansar en un Riad.  La prensa anuncia que es zona conflictiva, pero he sido testigo de que los marroquíes viven en la más absoluta paz. 

Viajar ya no es ningún lujo y menos a la Ciudad Roja. Lo más caro realmente será la estancia y la verdad es que existen muchas opciones. Si buscas vivir una experiencia y conocer de cerca la vida de esta encantadora ciudad alójate en un Riad. Son residencias tradicionales situadas dentro de la medina o ciudad antigua. Pequeños palacios, que en muchas ocasiones han sido adquiridos por europeos y restaurados, aunque las personas encargadas de cuidarlo son por supuesto lugareños.

Tras una simple fachada  se esconde un lugar de paz y amabilidad en el que podrás leer, pensar y olvidar todos tus problemas. Yo os recomiendo Riad Anya o Riad Dar One. Ambos tienen una situación privilegiada y sus precios son bastante asequibles.




Para los más pudientes no dudéis en reservar una habitación en el Palais Rhoul o en Los Jardines de la Koutobia. Lujo por todas partes y un spa increíble en cada uno.

De obligada visita: Este es un viaje a un mundo distinto en el que la gracia está en observar la vida diaria de sus habitantes.  Imprescindible llevar una buena cámara para fotografiar los Jardines de Menara, Plaza Jmnaa el Fna, el Palmeral (aquí podréis montar en camello), la Medersa ben Youssef y las Tumbas Saadies. Mención aparte para el Jardín Majorelle, diseñado por el artista  francés Jacques Majorelle  que más tarde compró Yves Saint Laurent. Este jardín de estilo art déco está pintado en un intenso azul y alberga plantas exóticas que Majorelle trajo de sus viajes por todo el mundo.

Para relajaros completamente os animo a visitar un Hammam. Baño de vapor que deja la piel suave, realmente como nueva.  Un oasis dentro de la ciudad. 

¿Qué comprar? Buff la lista podría ser interminable. Desde bolsones de piel hasta una alfombra. Con los precios tan bajos ir de shopping puede convertirse en toda una adicción. Hay bisutería de plata increíble que puedes regatear hasta conseguir a muy buen precio, separadores de páginas, caftanes, lámparas muy originales y faroles para meter velas dentro que dan un toque romántico a cualquier jardín o terraza. El jabón negro, utilizado en los Hammam y unas barras de labios que aunque son verdes por fuera, pintan los labios de rosa y duran 24 horas son mis preferidos.




¿Dónde comer? Para comida marroquí visita Le Fondouk. Si buscas algo más informal da una vuelta por la plaza Jmnaa el Fna y entra en alguno de los restaurantes de alrededor.



Esta temporada resurgen las combinaciones de colores vibrantes, vuelve el tecnicolor que hizo famoso a Yves Saint Laurent. Vivimos momentos de crisis y la moda nos trae colores exóticos, colores que suben el ánimo y te hacen sentir segura. Animaros y apostad por los colores impactantes porque es el momento. La moda mira hacia atrás recuperando los colores vivos que trajo Laurent precisamente de Marrakech.

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